viernes, 26 de marzo de 2010

Guillermo Mastrini: “La gente no quiere ser informada por el gobierno”

Es un investigador argentino de los medios de comunicación y su concentración en América Latina. Vino a presentar su nuevo libro “Los dueños de la palabra” y no lo dejamos escapar. Habla hasta por los codos, super rápido y nos enloqueció con los off the record; queremos creer que fueron para que no castiguen a su esposa, que es compatriota nuestra. Nos dio una visión muy interesante, de primera mano y desde adentro, sobre la ley de medios en la vecina orilla.

¿Sos peronista?
No, es una definición difícil, soy hincha de Independiente. Vengo de formación de izquierda.

¿Izquierda en Argentina qué es?


Vengo de formación de izquierda, no de partidos políticos. No milito en partidos pero sí tengo mi formación académica, una formación básicamente marxista y gramsciana. Pero no participo en orgánicas políticas.

¿No tenés militancia partidaria anterior, previa?

No. Yo hice mucha política en el ámbito universitario, pero no en los partidos políticos formales.

¿Carta Abierta?

No. Me han querido vincular mucho y no me convence. Me parece demasiado kirchnerista, no tienen la suficiente distancia crítica.

Entiendo que ellos pueden argumentar que tienen su espacio de autonomía, pero es menos de la que a mi me gustaría. Además, por otro parte, particularmente analizo al kirchnerismo cada vez peor.

Aún cuando mi opinión personal es que cuando se vaya Kirchner lo vamos a extrañar, pero no porque sea bueno sino porque los que van a venir son peores.

¿Para vos Kirchner no es de izquierda?

No. A ver, para mi el kirchnerismo ha planteado soluciones a determinados problemas, que son de las opciones más de izquierda que se han tomado en la historia argentina. De ahí a categorizar su movimiento político como de izquierda, me parece que hay una distancia.

Hay muchísimos movimientos que se categorizan como de izquierda y después toman medidas que no son nada de izquierda.

Por eso te digo, en cuanto a medidas concretas sí veo que ha habido, incluso, de forma arriesgada para la historia argentina o contracíclicas en relación a lo que venía siendo Argentina en los últimos 20 años. Pero no lo que entiendo de izquierda, no veo una construcción política que procure democratizar, lo veo bastante verticalista, muy endocéntrica en las decisiones. Si vos todas las decisiones, aún cuando sean progresistas en su finalidad, la tomas de arriba para abajo sin discusión previa, porque en definitiva el kirchnerismo es una máquina de poder, por lo menos para mi.

Además, hubiera sido posible construir una fuerza que aglutine sectores, no necesariamente peronistas, desde una izquierda progresista, incluso hasta hegemonizada por el peronismo de izquierda. Pero discutilo, plantealo, no subordines, si vos querés subordinación absoluta…

¿Carta Abierta no plantea esa construcción?


Carta Abierta son los que dentro del espacio kirchnerista tensionan para una construcción más plural, pero ¿qué ocurre cuando esa construcción no se verifica?

Puedo entender el argumento de la coyuntura, pero lleva 7 años de gobierno y siempre es “la coyuntura”, bueno, en algún momento hay que construir lo otro, porque no empezó ayer.

Hay muchos temas en que coincido, posiblemente haya sido el gobierno con el que más coincido en términos de la política específica del sector al que yo me dedico. Aún así hay contradicciones, porque el gobierno de Kirchner en el 2003 - 2007 fue un gobierno cuya política fue a favor de los medios concentrados. En el 2008 cambia su política.

Para mi la Ley de Medios es muy buena, por supuesto que se puede mejorar, pero la ley es muy buena en términos generales.

Más allá de que hay un bombardeo de la oposición y de los grandes medios a la ley y a tratar de que no se aplique.

Mirá las paradojas de cuando analizas todo, las contradicciones que creo que tiene este proceso, este gobierno, desde mi visión, es el que más se acercó a lo que yo quise llegar, pero en esto mismo tiene problemas de implementación. Tiene un componente, y no digo que el gobierno kirchnerista es autoritario pero tiene componentes autoritarios.

La Argentina tiene componentes autoritarios.

Es correcto, y por eso tiene un gobierno que tiene componentes autoritarios, lógicamente. Los gobiernos tienen componentes que están en la sociedad, y si Menem era corrupto era porque la sociedad argentina tiene elementos de corrupción.

Históricamente, Argentina tuvo muchos sectores de izquierda que tenían que ir dentro del peronismo, como un manto que cubre toda la sociedad, muy difícil de romper. Los grupos que intentaron ir por fuera del peronismo fueron minoritarios. También, hubo toda una tendencia de gente de la izquierda dentro del peronismo.

Es claro, hay mucha gente que en la decada del 70 intenta construir una izquierda peronista. Ahora, el problema es que si esa izquierda peronista está dispuesta a liderar un sector más amplio, con gente que no se reconozca específicamente peronista, o, si ese movimiento tiene que ser en plan “subordinación”. Creo que hay una discusión que este gobierno no ha saldado.

¿En Argentina, tiene futuro un proyecto de izquierda?


Esa es muy difícil.

Porque ha habido varios intentos, ahora está el caso de Binner en Santa Fe, es la primera vez que hay una gobernación socialista.

Sí, socialismo moderado. Ahora, ¿qué es más de izquierda, la política de Binner o la de Kirchner?

Digamos, desde el discurso, desde el posicionamiento político está claro que Binner, pero desde los hechos concretos de la política no siempre se expresa eso. Esa es la contradicción argentina, el peronismo tiene esta particularidad, tiene la capacidad de desarrollar políticas, mientras que los otros…

¿Pino Solanas?

Pino está en un espacio que cree que va a sumar de lo que se desprenda del kirchnerismo, entonces es muy difícil. No veo una vocación de algún tipo de acuerdo, o como la izquierda troskista, que en Argentina tiene una cierta dinámica política.

Sigue siendo muy marginal.

Tiene entre 1% y 2% de los votos, pero más allá de los votos, que para una fuerza troskista no es tan despreciable a nivel mundial, tiene una presencia social.

Hay sectores con los cuales el kirchnerismo no puede dialogar porque no están interesados en dialogar con el kirkchnerismo, pero con otros en algún momento pudo haberlo hecho, y nunca terminó de hacerlo. Es como Cobos, su vicepresidente, que no es precisamente alguien de alguno de estos sectores sino más bien del radicalismo, incluso de un radicalismo de la parte no progresista.

Esta es mi crítica principal, la construcción política distinta siempre se posterga, por alguna cuestión. Entonces claro, pasan 8 años, dos mandatos y no hiciste nada.

Van a ser 12, ¿no vuelve Néstor ahora?

Bueno… (Risas) Yo hablo de lo que pasa, no de lo que va a pasar.

Creo que es muy difícil, pero la política argentina es tan dinámica.

Igual creo que es muy difícil, en parte, por errores políticos que han tenido y también en parte porque ha tocado intereses importantes y esos intereses se la han jurado y es machacante el discurso contra el gobierno.

El efecto que ha tenido ese discurso es horadar cualquier vínculo importante con un sector muy mayoritario de la clase media, que en Argentina es la que históricamente ha servido como punto de equilibrio de la política. La clase media apoyó a Kirchner, y ratificó en las elecciones de Cristina, pero esos sectores me parece que ahora lo rechazan, no toda la clase media pero una parte sustantiva. Es muy hipotético, pueden ocurrir muchas cosas, faltan casi dos años.

Ha habido un desgaste.


Eso es innegable. Sobre todo creo que ha roto, y en esto puedo estar equivocado, no soy politólogo, pero mi impresión ciudadana es que en Argentina se ha marcado claramente, que hay políticos que rompen su lazo con la ciudadanía y hagan lo que hagan, no lo van a recomponer, no con toda la ciudadanía, pero con un pedazo. A Kirchner le ha pasado eso.

A través de qué se rompe el lazo con la ciudadanía, ¿de sus políticas o de los mensajes que decodifican los medios?

Creo que sobre todo ha sido una construcción donde los medios tienen una incidencia muy fuerte. Esto es lo paradójico, porque si te fijas no hay críticas muy fuertes a sus políticas principales, por ejemplo: estatización de los aportes jubilatorios, vos no ves un rechazo social. Ley de Medios, no hay organizaciones de base social en contra, al contrario, están a favor de la Ley de Medios.

¿Las retenciones?

Ahí fue más polémico, pero también fue una construcción del aparato de los medios, ahí sí había rechazo social, creo yo sin justificativo. A ver, el rechazo social trascendía a los propios interesados, trascendía a los productores agrícolas, muchos vieron que los intereses del campo eran los suyos y eso es bastante claro de que no necesariamente es así. Los sectores urbanos por ejemplo.

Creo también que el gobierno tuvo errores políticos importantes en ese proceso.

Los medios en Argentina tienen una influencia alucinante a nivel de dirigentes políticos, quizás como en pocos países.

Bueno, Magneto, el cerebro del Grupo Clarín se jactaba de haber puesto vicepresidentes en Argentina. El Grupo Clarín es un grupo muy poderoso, es un grupo que además se caracterizó siempre por ser oficialista, si bien tiene en sus orígenes una impronta desarrollista, y tiene ciertos vínculos estructurales con el partido que expresaba el desarrollismo en Argentina, el Movimiento Integración y Desarrollo, es un diario que expresó el industrialismo. Frente a la tensión campo-industria, histórica de la Argentina, expresó más a los sectores industriales que al campo, que por ejemplo La Nación. Siempre expresó más a los sectores del campo que a los industriales. Por supuesto, con matices. Pero su impronta en los últimos 30 años es ser un diario de negocios, no es que habla de negocios sino que hace negocios. Un diario que por eso es oficialista, porque es lo que le permite seguir. Y justamente, creo que el enfrentamiento con el kirchnerismo es por un problema de negocios, no es político, es un enfrentamiento por negocios.

A lo largo del tiempo le han condonado, arreglado deudas impresionantes.

Todo el mundo, todo gobierno, desde la década del setenta en adelante, todo gobierno tuvo alguna política que benefició al Grupo Clarín. Militares, radicales, peronistas, bueno, más no gobernaron, pero todos. Dentro del peronismo, Menem pero también Kirchner, dos gobiernos dentro del peronismo de distintas fracciones, los dos aplicaron medidas que beneficiaron al Grupo Clarín. Evidentemente es un grupo con enorme capacidad de lobby, sabe trabajar articulado con el Estado. Incluso, muchas veces no es cómo favorece sino como impide que otros entren, como ha generado barreras de entrada para capitales extranjeros, que es una manera de protegerse. Si soy el más grande de Argentina, ¿con quién no puedo competir? Con el que viene de afuera que es más grande que yo todavía. Por eso digo que es un grupo mediático oficialista, salvo ahora en los últimos dos años.

Para el lector uruguayo es bueno ver qué abarca el Grupo Clarín, ¿de qué estamos hablando?

¿Tenés tiempo? El Grupo Clarín es el diario que más vende en todo Latinoamérica, es el segundo o tercero de más venta en lengua castellana.

¿Qué tiraje tiene?

400 mil, ha caído como ha caído toda la prensa. Llegó a tirar un millón de ejemplares los domingos y vendía entre 600 y 700 mil, ahora está en 400 mil, pero ese declive es para toda la prensa.

Además tiene el diario deportivo Olé, al que le va muy bien; tiene inversiones en varios diarios importantes del interior de la Argentina, a través de una empresa que se llama Cimeco, los diarios Los Andes de Mendoza y La Voz de Córdoba, que son dos de los diarios más importantes del interior, de los más tradicionales, ese lo comparte con La Nación, o sea, son socios con La Nación en esa inversión. Son socios de La Nación y del Estado en la planta de Papel Prensa, son los que fabrican el papel de diario y lo venden a los demás, no al mismo precio que se lo venden a sí mismos. También tiene agencia de noticias, la Agencia DyN (Diarios y Noticias).

Tiene Radio Mitre, una de las cadenas más importantes de AM; FM 100, otra de las más importantes de FM y repetidoras del interior.

Canal 13, que es el segundo canal más visto de la Argentina, con 8 estaciones de televisión. La televisión argentina es como acá, no es nacional sino local, y tiene 8 canales de televisión en el interior. Y sobre todo, lo más importante, es que tiene el 80% del mercado del cable, que eso además, interviene el mercado de Internet.

¿Telefonía?

Tuvo y vendió, Clarín no tenía Cable y su apuesta fue a crecer por el lado del cable, y al final de la década del noventa, en la segunda mitad, se dedicó a la política muy agresiva de expansión en el sector del cable, comprando cables a los pequeños cableros que habían desarrollado en las ciudades. Compró y compró. Y para comprar eso se endeudó mucho en dólares. Lo que no preveía nadie fue la devaluación, y cuando vino la devaluación ellos quedaron muy comprometidos, con una deuda aproximada de 2.000 millones de dólares, encima para un grupo cuyos ingresos eran en pesos argentinos. Es real que la crisis los afectó mucho, y tuvieron que vender algunos activos en ese momento para desendeudarse. Y uno de los activos que vendió, fue telefonía, que hoy es Claro.

Además de tener la distribución del cable tiene señales de cable, tiene 5, pero la principal es TODONOTICIAS (TN), que es una señal de noticias con mucha fuerza, está muy presente en los bares.

Vos vas a un bar y en ocho de cada diez bares está TN. El canal que históricamente tuvo esa función en Argentina fue Crónica TV.

¿Clarín no esperaba la Ley de Medios?

Es un grupo muy grande, muy poderoso, con mucha fuerza de lobby, y creo que su error estratégico es que ellos estaban convencidos que nunca se iba a aprobar

¿Se jugaban a que no salía?

Estoy convencido de que ellos lo creyeron. Por eso no negociaron nunca. Ellos siempre tuvieron capacidad para bloquear las leyes que no quisieron; es la primera vez en mucho tiempo que se sanciona una ley que ellos no querían. Ahora se juegan a que no se aplique.

Hay dos opciones, una sería derogar esta ley, pero derogarla supone volver a la ley de la dictadura, es muy complejo. Lo otro sería, reemplazar esta ley por otra, y generar consenso para otra ley también es muy difícil. En cambio, creo que hoy la expectativa de ellos es que un nuevo gobierno retoque los tres puntos que afectas más sus intereses.

Que tengan que desprenderse del Cable.

Exactamente, el tema es que no permite tener cables y canales abiertos en la misma zona de cobertura, la cantidad de licencias, cómo se cuentan las licencias, sobre todo eso.

A nivel internacional, la Ley de Medios argentina pasó a verse como una cosa autoritaria, antidemocrática.

Es la reacción corporativa de los medios, no llegan a decir que es “chavista” pero cuasi chavista.

También ellos saben que esta ley tuvo apoyo social y no hay manera de decir que se parece a la ley de Chávez, es una ley distinta de la Ley de Responsabilidad Social de Medios de Venezuela.

Cómo fue la generación de la ley?

La generación de la ley fue en dos momentos básicamente. El proceso político de activismo de la sociedad civil, en la Coalición por una Radiodifusión Democrática, y después, una vez que el gobierno toma y presenta el proyecto que se basa filosóficamente en eso.

Tal vez, el gran salto delante de la Coalición fue proponerse estar de acuerdo en 21 puntos.

Lo que era buenísimo es que era una coalición muy grande de gente, de sectores diversos, de tradiciones peronistas, no peronistas, tradiciones muy distintas. Ahí se empezó a convocar a referentes sociales que empezaron a suscribir la necesidad de la Ley. ¿Por qué se pudo llegar a eso? Eso sucedió en el 2004, e insisto, es hipotético porque no tengo argumentos para demostrarlo, pero creo que lo que los unía a todos es que veíamos que con este gobierno había la posibilidad de cambiar los medios.

¿Tenían esperanza en el gobierno de Kirchner?

Claro, en el 2005 Kirchner saca un decreto que fue lapidario, porque fue totalmente favorable a los grupos de comunicación.

Suspendió el cómputo del tiempo. Es como que digas “su plazo es 10 años, pero ahora por 10 años no contamos”, porque no se podía prorrogar más, estaba todo prorrogado. Como no podían hacer más nada inventaron una cosa que es “no contar el tiempo”. Lo cual es una aberración jurídica.

Luego, ya en el 2008, en enfrentamiento con Clarín, los tipos deciden hacer la ley y toman los 21 puntos. Hasta ese momento, si bien la coalición tenía un apoyo de base, no lograba trascender socialmente. Cuando viene la confrontación por la ley, todo el mundo hablaba de los 21 puntos.

Además, la oposición decía que no apoyaban la ley porque no respetaba el espíritu de los 21 puntos.

Acá se demoniza esa ley, además de una “satanización” en general de todas las medidas que pueda tomar el gobierno argentino.

Si, especialmente El País, cuando vengo no escucho radio ni veo televisión, pero en El País sí se observa un antiargentinismo y antikirchnerismo particularmente, por lo menos es lo que yo aprecio.

¿Cómo se llega a esa concentración de los medios que hay en Argentina?

Hay dinámicas económicas que favorecen y estimulan la concentración, pero también ha habido una importante complicidad del sistema político que ha permitido la concentración. La paradoja que tenemos nosotros es que la ley de la dictadura, la que sancionó en 1980, tenía cláusulas antimonopólicas que fueron eliminadas progresivamente durante los gobiernos democráticos. Tenemos la paradoja de que la ley de la dictadura es muy mala, pero era mejor que la ley de la dictadura reformada en democracia. Las modificaciones que se le fueron haciendo a esa ley durante la democracia la empeoraron, se eliminaron todas las restricciones que tenía la ley en términos de anticoncentración. ¿Por qué los militares tuvieron una política de anticoncentración? Porque no querían otro poder, otro poder que les dispute el poder. Los militares tenían claramente esa concepción de divide y triunfarás.

Su concepción era claramente privatista, los medios estaban en manos del Estado, y ellos querian privatizarlos pero en grupitos chicos como diciendo “yo los voy a controlar a todos y que nadie se retobe”. Lo único positivo que tenía era que era una ley bastante antimonopóica, impedía la formación de grupos, propiedades cruzadas por ejemplo prensa-radiodifusión, establecía cuatro licencias máximas que podía tener un solo dueño, había una política antimonopólica.

Todo eso lo eliminó la democracia, principalmente Menem.

¿A qué atribuís la ruptura entre Kirchner y Clarín?

El problema de esto es que no tenemos pruebas, eso se maneja a un nivel que ni Kirchner ni Clarín están interesados de decir por qué o dónde hubo conflicto. Kirchner le dio una entrevista en enero a Horacio Verbistky en Página 12, donde dice que Clarín se quería quedar con Telecom, y cómo él no accedió vino la ruptura. Esa es la versión de Kirchner. Creo que sin duda viene por el lado de las telefónicas. Clarín siempre fue muy celoso de que no se metan más grandes que ellos, las telefónicas son más grandes y quieren entrar por ejemplo, al sector del cable.

En un momento se habló que Kirchner iba a comprar un canal de televisión a través de uno de sus funcionarios de segunda jerarquía.

Canal 11. Rumores de que Kirchner se va a comprar la luna hay todos los días. Es como todo, no hay gobernante que no quiera tener un canal. Ahora, ¿qué ocurre entre eso y que efectivamente pase?

Que su chofer tenga U$S 300 millones.

Lo puede tener, pero lo tienen que querer vender. Vos podés querer comprar algo pero puede ser que alguien no quiera vendértelo. Es cierto, lo que va a decir es que el gobierno le hacía la vida imposible para obligarlo a vender, también puede ser que algo haya habido, pero de hecho no lo vendieron. Dijeron durante dos años que lo iban a obligar a vender y no lo vendieron, el canal sigue siendo de Telefónica.

La tendencia mundial también es a la concentración de medios, terminan concentrando hasta en países como EEUU que tienen reglas contra ello.

Si, pero mucho menos que acá. Esto es como el desempleo, pero no es lo mismo estar desempleado en España, donde tenés un seguro de desempleo. Entonces, la concentración está en todo el mundo, pero con una regla que hace que sea mucho menos grave que la concentración en América Latina. Lo que veo más desafiante a nivel mundial es lo que ocurrió en EEUU, que hubo un intento de relajar las normas anticoncentración. Eso finalmente se paró.

En América Latina hay algún ejemplo de no concentración.

Los mercados más grandes admiten algunos niveles de diversidad que en los mercados más pequeños es más difícil, pero no es que no haya concentración. La concentración es altísima en todos los lugares, pero en los mercados más pequeños es mucho más difícil.

Los grandes del grupo de comunicación son Televisa, Globo y Clarín, y están en los países más grandes en términos de población, porque son los más apetecibles. Esos grupos tan grandes lo que buscan es que no entren los de afuera.

Nosotros discutimos mucho, que una política anticoncentración tiene que tener cuidado de no dispersar mucho, que venga uno de afuera y barra todo, porque es un riesgo.

¿Qué papel juegan los sistemas públicos de comunicación?

Deberían ser fundamentales y es una pena que en América Latina tengamos tanta dificultad. ¿Qué se verifica empíricamente en Europa? Que los sistemas públicos tienen incidencia. ¿Dónde tienen más incidencia? En los noticieros. Televisión Española muchas veces se ve desplazada a segundo lugar en audiencia, pero nunca en el noticiero.

Son espantosos los noticieros de la televisión española.

Comparado con cualquier noticiero argentino, por favor. Lo que me gusta del noticiero español es que no ficcionaliza la noticia, cosa que veo más desarrollada en América Latina, la noticia se transforma en una novelita. Los tipos allá te presentan una noticia, no te quieren entretener cuando te la presentan. Acá hacemos chistes, ponemos chicas. En cuanto al tratamiento de la noticia, me parece notablemente mejor que el de acá.

El desafío es generar una información distinta y diferente, que es un desafío de largo plazo, pero la clave para mi es que los medios públicos no pueden ser considerados gubernamentales. Cuando la gente los percibe como tales, sea del gobierno que sea, sea de derecha o de izquierda, no pasa por la identificación política, pasa porque la gente no quiere ser informada por el gobierno directamente.

¿El canal 7 en Argentina se considera del gobierno?

El informativo y ahora más, porque con la radicalización argumentan que está bien, que uno tiene que defenderlo. Creo que es un error.

Además, los políticos sobredimensionan el efecto de los medios.

¿Por qué lo decís?

El gobierno tiene una enorme capacidad de instalar agenda, pero los procesos sociales, por supuesto que se alimentan de esa información, pero hay procesos que se generan más allá de los medios de comunicación. Los medios de comunicación los pueden potenciar, pero hay un proceso que trasciende a los medios y los medios no lo pueden dominar. No creo que un medio pueda dominar, y mucho menos la política.


Hubiera habido fuga de De la Rúa en helicóptero sin la cobertura…


No sé si fuga, pero…

Pero cuánto alimentó el transmitir la protesta las 24 horas del día, llamando a la gente a salir.

No hay contra fáctico de eso, es imposible saberlo. Por eso te digo, no es que los medios sean menos importantes, lo que quiero decir es que los políticos creen que basta con emitir el mensaje, y es mucho más complejo el proceso comunicacional.

No basta con emitir mensajes, en ese sentido está sobrevalorado.

Para mi, lo que sí está claro es que hay un rechazo a lo que se percibe como gubernamental, en lo informativo, en América Latina, sea del gobierno que sea.

El segundo punto es que el medio público, me parece que también tiene que ser pensado como un medio de muchas minorías. El problema de los medios públicos es que son medios de una minoría, y es un error, porque eso tampoco te sirve para legitimarlo.

Uno no puede hacer un medio público para que no lo mire nadie, tiene que salir a competir por audiencia, pero no competir poniendo lo mismo que el otro, eso no, es complementariamente. Pienso que todos somos mayoría y todos somos minoría, con esto quiero decir que todos formamos parte de mayorías, y también formamos parte de minorías. Lo importante es que piensen ¿cuáles son minorías significativas socialmente como para que se vean reflejadas en la radio y la televisión?

Entonces, podés tener un canal que vaya con cada sector minoritario, que algunos lo encuentren en algún momento y otros no, pero que sepa que puede encontrar algo donde puede verse reflejada de otra manera esa minoría que no va aparecer en los grandes medios.

Ese es el otro punto que me parece importante, claro, supone políticas a largo plazo, alejarlo del gobierno, y no porque entienda que los gobiernos sean malos, sencillamente porque es la manera de ganar legitimidad, y si los medios públicos no ganan legitimidad no funcionan.

¿Cómo considerás, a los efectos democráticos, que deben sustentarse los canales?

Los canales privados, es una realidad, se sostienen por publicidad y no hay manera de cambiarlo hoy en día. Y en Argentina, no es que los canales se están llenando de plata, en general están tecleando y esto es real. La televisión le sirve para otras cosas. Telefónica sí gana fortunas, pero los canales de televisión, o salen empatados o a veces pierden plata. El modelo publicitario es muy difícil de cambiar, pero el tema es cómo financiar los canales públicos. Ahí hay un desafío.

Cualquier medio de comunicación que vaya contra el poder empresarial va a tener mucho menos acceso a pautas publicitarias.

Por un lado tenés los medios públicos como medios más masivos, y por otro lado es el sector comunitario. El comunitario que no reconoce el lucro como objeto de la comunicación.

¿Se puede profesionalizar para poder competir con el otro?

La digitalización lo que ha permitido es que hoy se produce con calidad. Hace diez años para producir tenías que tener mucha guita, hoy no.

¿Y la profesionalización?

Pero los trabajos de los pibes en la universidad son muy profesionales, lo que digo es que hoy se produce más económicamente y con calidad. Esto tiene que ver con un cambio de mentalidad, que está ocurriendo, en las organizaciones sociales, en el sentido, y lo pienso mucho para Argentina, no quiero generalizar, pero en Argentina, las organizaciones sociales, lo que procuraron durante muchos años era aparecer en los medios, y creo que las organizaciones sociales tienen que apuntar a crear sus propios medios, hoy no es imposible. Tené tu propio medio, apostá, invertí en comunicación. No es que tengas que tener exclusivamente tu propio medio, pero organizate, juntate con otros.

Por ejemplo, un sindicato que quiera lanzar un canal comunitario, vos tenés 24 horas por día de programación, ¿para qué querés tener 24 horas? Sale carísimo y al final vas a poner una porquería para llenarlo. Ahí está el desafío de las organizaciones para decir yo tengo el lunes, vos el martes, o la mañana, la tarde, hay maneras de buscar.

El canal Encuentro encontró una forma muy piola que es lo que ellos llaman 6x4, son seis horas de programación repetidas cuatro veces al día, es otra estrategia. Podés buscar estrategias abaratando los costos, porque lógicamente si salís a buscar la publicidad, te va a condicionar el contenido. Ahora, la publicidad va a donde vos tengas gente, y salvo que hagas un programa, cosa que es difícil que ocurra, diciendo que vas a eliminar el capitalismo y que todo el mundo lo vea, si vos hacés un programa crítico y juntas un montón de gente, te van a poner publicidad.

Pero la gente no es la misma, no es lo mismo los marginados que la clase media hasta como target para los anunciantes

Si vos pones a 500 mil tipos acá en Uruguay, aunque sean los 500 mil más pobres escuchando un programa de radio, te aseguro que te ponen guita. No tengo duda. Si vos ponés 500 mil tipos frente a una pantalla, te aseguro que viene un tipo a ponerte plata. El problema es cómo pones 500 mil tipos no haciendo una bosta, y eso no es tan fácil. Hay que ir construyendo medios que vayan juntando gente.

Las organizaciones sociales tienen que empezar a desafiarse, cómo se vinculan directamente, no con intermediario. “Señor medio, quiero aparecer, necesito comunicar algo”, y lo que digo ahora, si querés algo bastante punk “hágalo usted mismo”.

Porque muchas veces, vamos a decir la verdad, los grupos sociales carecen de estrategia comunicacional. Hoy hacer un programa es accesible, tenés que tener gente entrenada, dialogar, hacer pilotos, llevarlos a tus bases sociales y que te digan qué piensan y bancarte que te digan que no les gusta, que nos les interesa.

Bueno, ¿qué les interesa? Eso es diálogo, porque el día que tengas la oportunidad tenés que tener el producto, y creo que ese día no está tan lejano, no en un canal 12, pero tal vez en un canal comunitario, en Internet, no sé donde.

¿Cómo ves el futuro de los medios de prensa escritos?

Los medios gráficos están muy preocupados porque hay una tendencia clara a la disminución de la lectura, hay una baja de ganancias.

Fijate que Internet es la paradoja que no se puede no estar, pero estar genera pérdidas. No puede no estar porque siempre va a haber alguien que va a estar. Si no estás en Internet, alguien va a leer otra cosa en Internet y terminar comprando en papel esa otra cosa, por lo cual, no estar es abrir una ventana a tu competencia. Estar en Internet te genera pérdida de lectores, de anunciantes, y es una situación muy grave. Por eso creo que la prensa es la que más está pensando en los temas de la multimedia, como manera de atraer.

La gran dificultad de Internet -que por más que tenga muchos usuarios- es una tecnología que busca fragmentar las audiencias, y la publicidad funciona con audiencia homogénea, no con audiencia fragmentada. En Internet se te abren ventanas de publicidad y lo primero que haces es cerrarlas, tenés mecanismos para protegerte de la publicidad. En el diario vos das vuelta la página y está ahí la publicidad, le podrás dar más o menos bola, pero está ahí, no la podés evitar. La publicidad en Internet la surfeas mucho mejor que en la prensa escrita. El tipo que anuncia, lo hace por resultado, no por espíritu bondadoso y sabe que el impacto de la publicidad en Internet es mucho menor a la prensa escrita, por lo tanto, paga mucho menos.

¿Se puede ser optimista respecto a los medios?

Soy absolutamente optimista porque creo que la digitalización ha permitido que mucha gente se puede convertir en productor. Antes ser productor de medios era ajeno, la gente sólo se expresaba como consumidora de medios. Los que querían se dedicaban a la profesión, se insertaban en los medios; hoy no hay que estar adentro de los medios para ser productor de contenido mediático.

Esto genera que el que produce medios lea de otra manera los medios. Vos sos productor de medio, por lo tanto tu capacidad de lectura de los medios es distinta porque vos sabes todo lo que juega en el proceso de construcción de los medios.

Cuando decía que los medios no controlan todo, es un buen ejemplo, aunque no tenga que ver con la política, hay cosas que se están construyendo socialmente que escapan a los medios. Que vos te transformes en productor de medios, hace que vos tengas una capacidad de lectura de los medios, distinta a cuando no eras productor de medios.

Esto te pasa a vos que sos un profesional, pero también le pasa al pibe que está haciendo un blog y ve la respuesta que tiene.

Lo que digo es que hay una capacidad de interacción que hace 20 años no estaba, son dinámicas y no hay medio que lo pueda arbitrar ni bombardear. Los pibes hoy tienen una capacidad de crear y comunicar, algunos lo utilizarán mejor o peor, algunos hablaran porquerías, pero en ese sentido soy bastante optimista. Se crean cosas nuevas interesantes, también el sistema opera, recicla, hay fuerzas que son críticas que pueden ser reinventadas como siempre pasó, pero también el proceso de digitalización es una ventana interesante.

PERFIL
Tiene 43 años, nació en Mataderos, Buenos Aires, Argentina. Su madre es maestra y su padre trabajó en la industria de aire condicionado. Está casado con una uruguaya, no tiene hijos y viven en Buenos Aires. Es docente, trabaja “full time” en la academia, consultoría. Ha publicado columnas de opinión en Página 12 pero no se define como periodista porque le “cuesta mucho el ritmo”. “No me gusta el condicionamiento temporal”. Es hincha de Nueva Chicago.


Semanario Voces, 25 de marzo de 2010 - Jorge Lauro y Alfredo García

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