martes, 26 de mayo de 2009

Reaccionar de una buena vez contra la estupidización masiva

Uno relojea la televisión privada montevideana y constata rápidamente que el 90 por ciento de la programación, es basura (incluyo a los informativos y a los periodísticos en este porcentaje). Comedias, concursos, más comedias, alguna película vieja, más comedias, entretenimientos tontísimos, más comedias, alguna serie vieja, más comedias, y así...

Los informativos se han convertido en "reality shows" de las miserias humanas, con breves pantallazos de la realidad (tan breves que impiden comprenderla). ¿Hay un complot para transformar a la gente en estúpida? Bueno, yo creo que si a la gente se la trata como estúpida el tiempo suficiente, finalmente terminará por convertirse realmente en estúpida.

Algo distintivo de esta televisión basura es su aparente falta de "mensaje". No hay diatribas contra el comunismo internacional como había en las series de los años 50 y 60, no hay una apuesta concreta por determinada ideología. Lo que prevalece es el vacío, la incertidumbre, y el miedo (al terrorismo, a las inundaciones, a las sequías, al dengue, a la gripe A, a los asaltos, etcétera), ese gran paralizante.

Pero... ¿cual es el "mensaje" de los concursos de canto, de los telechats, de las comedias caribeñas? Bueno, el "mensaje" es que no hay "mensaje". El "mensaje" es que no se precisa ir más allá de la superficie de las cosas, porque debajo de la superficie no hay nada. La idea es que el espectador se olvide de decodificar, porque no hay nada que decodificar; todo está a la vista, lo que se ve es lo que hay, y lo que hay es Nada.

Pero cuando el individuo pierde la capacidad de decodificar la información, pierde la capacidad de pensar. Y cuando el individuo pierde su capacidad de pensar, deja de ser un individuo para convertirse en integrante de un rebaño.

A un grupo de individuos pensantes no se le puede llevar a cualquier lado. A un rebaño sí.

A un rebaño se le arrea al grito, con perros y caballos, con bretes y alambrados se le lleva donde fuere, aún al matadero. Y los arrieros de estos rebaños humanos de hoy, son los medios de comunicación de masas. Son ellos los que los llevan a los corrales del consumo ("regalále un celular a mamá porque ella te llevó al parque aquella vez que le dolía la cabeza") y a los del no-pensamiento ("si querés que Carlitos salga de la Academia mandá un mensaje al teléfono tal y cual"), poniendo en su cerebro preocupaciones sustitutivas de las reales.

Los medios de comunicación de masas trabajan en equipo, no en vano muchas radios, diarios y televisoras (en otros países, también editoriales, ojo) tienen los mismos dueños. Ayer escuchaba obligado Emisora Del Plata, una de las radios que el magnate mexicano Ángel González le compró a Miguel "Escuadrón" Sofía, y me encontraba con varias muestras de esta vacuidad y este entrelazamiento de los medios a los fines del consumo.

Por un lado, noté que la mayoría de los temas musicales que se emitían, pertenecían a artistas que estaban haciendo o por hacer giras internacionales (Shakira, Police, etc.), o actuaciones en el medio local (Virus, etc.). Por otro lado, al igual que miles de radios en el mundo entero, estaba el asunto de "la pregunta del día". A lo largo de toda su programación de 24 horas, los locutores de Del Plata incitan a su audiencia a contestar una pregunta dada.

Ayer se trataba de "¿Existen las mentiras piadosas, o todas las mentiras son mentiras por igual?" (otras preguntas posibles: "¿Puede existir la amistad entre el hombre y la mujer"?; "¿Cual fue tu 'momento más inolvidable'?"). Y la gente llamaba y opinaba. ¿Se entiende el mecanismo? El asunto es poner a la gente a pensar pavadas (en otra radio el conductor llama por teléfono al ex novio de una chica para pedirle que vuelva con ella, por ejemplo).

Pero además, también nos encontramos con que no sólo ésta, sino casi todas las radios, pasan mayormente canciones viejas. Nunca se escuchó tanto "oldie" como ahora, y el mensaje también está claro: pensá en el pasado, sé feliz, olvidáte de tus problemas de hoy, recordá los buenos tiempos de la juventud. Claro que los programadores de todas esas radios me dirán que no es así, que lo que hacen es pasar lo que a la gente le gusta, o lo que la gente pide (como hace M24, por ejemplo). Pero el resultado es el mismo: la huída de la realidad. Nos cantan canciones de cuna para adormecernos.

Hace 40 años, las radios eran distintas. Se peleaban por conseguir las novedades antes que otras. Los Rupenián tenían un tipo en Londres que les mandaba los últimos discos de Los Beatles por avión. Rubén Castillo no sé como hacía, pero también se las ingeniaba para conseguir las últimas novedades de los artistas que valían la pena; y por si fuera poco, todos los domingo llevaba a la televisión a los artistas uruguayos a cantar sus últimos temas. En aquella época las radios no miraban al pasado, miraban al presente y al futuro (y hoy pasan "oldies" a pesar de que disponen de todo lo último con un simple "click" en la pantalla).

Luego vino la noche negra de la dictadura, pero aún en ese medio tan hostil, brilló resplandeciente la luz de "la 30" de José Germán Araújo, produciendo algunos (muchos) de los mejores programas de la historia de la radio uruguaya. Al volver la democracia, las luchas intestinas en el Partido Comunista terminaron echando a Germán y llevaron a que la 30 se hiciera el hara-kiri. Hubo luego otras experiencias radiales muy positivas (la de la Panamericana y la de El Dorado, por mencionar algunas), pero fueron cada vez menos.

Hoy, si exceptuamos a las emisoras del Sodre y a algún que otro programa perdido por ahí, la mayoría de las radios uruguayas de AM se dedican a hacer "revistas", y las de FM han adquirido el formato internacional de "radio pasadiscos", de radios "lavacerebros" (y si se siguen extranjerizando, ese formato se seguirá extendiendo).

En fin, que esto da como para escribir un libro, y seguro que alguien ya lo ha hecho. Por ponerle un final a esta reflexión, he de volver a la tesis que he planteado al principio: "si a la gente se la trata como estúpida el tiempo suficiente, finalmente terminará por convertirse realmente en estúpida." Por eso hay que buscar urgentemente la manera de revertir éste perverso proceso de estupidización masiva. Televisión Nacional está luchando en ese sentido, el futuro canal 8 del MEC, si se encara debidamente, puede darle un impulso importante a esta lucha contra la estupidización masiva. Y la tarea es urgente, mas no sea por un simple interés político-partidario. Porque los estúpidos también votan.


Comcosur, 26 de mayo de 2009 - Andrés Capelán

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