miércoles, 6 de mayo de 2009

El País, la democracia y el racismo

El diario El País ha desatado desde hace tiempo una campaña sin tapujos contra el gobierno del Frente Amplio, en todos los frentes, la hace extensiva, por supuesto, a todas las organizaciones populares, en particular contra el movimiento sindical. Para los que tenemos algunos años esto no es nada nuevo.

Esta campaña se refleja en títulos de tapa y en la orientación noticiosa, pero tiene una intensidad y pureza ideológica casi salvaje, en la página editorial.

Los columnistas que allí escriben son neoliberales de la más pura cepa y representantes de lo más connotado de la derecha política y empresarial, del Uruguay, de la región y cuando pueden del mundo. Hay que reconocérselo son completitos.

Pero en su editorial del domingo 3 de mayo, el diario El País pretende erigirse en custodio de la pureza democrática y sostiene cosas como estas: "No tiran bombas ni secuestran diplomáticos, porque ya están viejos para ello y porque el pan les salió torta. Pero que nadie sea tan despistado como para darles patente de demócratas. Usar la democracia no es creer en ella. Es lo que hizo Hitler, tras apelar a la violencia sin éxito. Se encaramó en el poder usando de las urnas.

No somos alarmistas, pero debemos alertar a los compatriotas. Mujica no es Vázquez, que estudiaba y se graduaba de médico mientras él asaltaba bancos y se baleaba con policías y militares. La cuestión no es que no use saco y corbata ni que su lenguaje suela ser de taberna. El problema es lo que harían, él y sus antiguos compañeros, si alcanzaran el poder. En un acto que, como otros, no debió realizarse en el Palacio Legislativo, proclamó su satisfacción por 'encontrarme ahora aquí, en el corazón de la democracia uruguaya, rodeado de cientos de cabezas pensantes'. Ahora bien, a esa democracia a la que quiso destruir, ¿la respetaría si llegara a la Presidencia de la República? (...)".

Contestar a estos "argumentos", polemizar con ellos, es una tentación, pero no hay que caer en ella, sencillamente porque El País no tiene credenciales para hablar de democracia.

El País fue el diario oficial de la dictadura uruguaya y de todas las dictaduras del continente.

¿Qué opina El País, ahora tan celoso de la democracia de lo que decía el propio El País durante la dictadura?

El 11 de junio de 1976, el editorial de El País dejaba bien claro su opinión sobre la democracia y las libertades y sostuvo: "No compartimos la tendencia a sobreestimar las virtudes de la estricta institucionalidad democrática-republicana".

El 27 de junio de 1978, en el quinto aniversario del golpe de Estado, rechazaba las denuncias contra las violaciones a los derechos humanos y escribió en defensa de la dictadura: "Han surgido las versiones de que en el Uruguay soportamos una de las dictaduras más crueles y repugnantes de América Latina, burda especie a la que se procura dar patente de verdad en el exterior por medio de datos estadísticos ridículos sobre uruguayos asesinados, presos, torturados o forzados a abandonar el territorio nacional".

La prédica antidemocrática y en defensa de la dictadura de El País no se limitó a nuestras fronteras, el 27 de agosto de 1976, escribió en defensa de la dictadura argentina y del asesino Rafael Videla, responsable de 30 mil desaparecidos: "Se explica y justifica que el gobierno del general Videla no haya establecido fecha ni plazo para dar por terminada su misión. No se puede abandonar la tarea emprendida sin antes estar absolutamente seguro que los profundos males que carcomen a la sociedad han sido radicalmente extirpados. De no actuar así se estaría ante un caso de irresponsabilidad histórica y de pusilanimidad personal. Y por cierto que en la Argentina aún no se han dado, ni siquiera remotamente, las condiciones que permitan esperar un futuro de estabilidad, de orden y de paz. Mal puede entonces abandonarse el timón de la nave y entregarla a quienes la pueden llevar a cualquier puerto. La hora para el descanso no ha llegado todavía".

Sublime compromiso democrático ¿verdad?
El discurso golpista, oscurantista y retrógrado de El País viene de lejos. Sería muy interesante saber qué opinaría el actual presidente de EEUU, Barack Obama, sobre un editorial de El País que reclamó el asesinato de Patricio Lumumba, líder de la independencia en el Congo. Sobre Lumumba decía El País el 13 de febrero de 1961:
"Es un negro que va dando demasiado trabajo. ¿Existe realmente? ¿O es la personificación de un sinnúmero de negros turbulentos, desorbitados, criminales si es necesario, contradictorios casi todas las semanas, que dan un deplorable espectáculo de la incapacidad para gobernar? Después de oír hablar durante muchos meses del mismo personaje, de ver un retrato que aseguran ser de él, la verdad es que ya no sabemos si existe o lo inventaron para hacer creer que los negros tienen hombres capaces de gobernarlos".

Lumumba fue asesinado poco después, por mercenarios belgas, supongo que para gran alegría de los demócratas de El País que vieron cumplido su deseo.

Después de releer estos editoriales, hay mucho más, se van las ganas de poner calificativos, ¿para qué?, se califican solitos y de sobra.

Pero sí vale la pena decirlo sin vueltas ni eufemismos, El País fue y es el diario del facismo, el diario de las dictaduras, el diario del racismo y del apartheid. Y eso no lo cambia ni un diseño bonito ni los colores ni algunas firmas.

El País no tiene credenciales para hablar de democracia, al menos antes debería responder públicamente si se arrepiente o no de haber apoyado la tortura, si se arrepiente o no de haberle mentido a sus lectores al decir que no había presos ni desaparecidos, si se arrepiente de haber pedido que Videla siguiera matando y torturando, si se arrepiente de haber sostenido que los negros no pueden gobernarse a sí mismos.

Solo después de ese arrepentimiento valdría la pena discutir con El País sobre democracia. Antes no, porque como lo demuestra su historia, El País ha sido cualquier cosa menos demócrata.

La República, 06 de mayo de 2009 - Gabriel Mazzarovich

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