viernes, 15 de mayo de 2009

Con una visión de futuro: el Plan Cardales y su proyección

Una iniciativa de vanguardia impulsada desde una estrategia socialmente integradora. Esa es la tónica que impulsa al Plan Cardales y sobre cuyos detalles habló el vicepresidente de Antel, incluidos algunos sinsabores.

"El Plan Cardales significa que Uruguay será el primer país en el mundo en el que en cada hogar haya una plataforma convergente de servicios tecnológicos", dijo el vicepresidente de Antel, Gonzalo Perera, entrevistado en el programa Primera Voz, de 1410 AM LIBRE, por la periodista Sonia Breccia.

El sistema, absolutamente revolucionario, y que en pocas semanas se comenzará a aplicar en forma piloto en Trinidad (Flores), supone que en cada hogar va a haber una entrada de señal, un codificador, y de ahí un aparato de telefonía básica, servicio de acceso a Internet y a televisión interactiva, explicó el entrevistado.

Comentó las características muy especiales de la TV interactiva y las extraordinarias posibilidades que se plantean en materia de trasmisión de contenidos y en las capacidades para interactuar.

En ese sentido no solamente radican las ventajas técnicas, avanzadísimas, sino grandes oportunidades de negocio, amplísimas, dijo Perera. Agregó enseguida que es precisamente en ese rubro en el que se destaca la orientación social que ha querido darle el gobierno a esta estrategia, y estableció las diferencias que podrían surgir si se hubiera planteado una perspectiva basada exclusivamente "en el mercado".

"La TV educativa rompe el paradigma cultural y abre enormes posibilidades de negocios", dijo, y estableció "un ejemplo muy concreto: los juegos de azar".

"Lo que se puede llegar a ganar es enorme", dijo, y destacó que ese instrumento en manos de una empresa que plantease exclusivamente su desempeño en términos de lucro se expandiría rápidamente por Carrasco, Pocitos y Punta Carretas. "Pero", planteó, "¿qué pasa con localidades como Ombúes de Lavalle, Tranqueras, Cebollatí?".

Es ahí donde juega el papel del Estado, y donde se hacen sentir las definiciones a nivel de gobierno, explicó. "Nosotros queremos que la tecnología sea un medio de inclusión", añadió.

Dijo también que para desarrollar la estrategia conforme a estos criterios se ha hecho necesaria una "sintonía" a nivel del sector público y las empresas privadas, que apunta no sólo a la parte rentable del negocio, sino que también se propone cumplir con los objetivos sociales.

En este esquema "el rol de Antel es fundamental en diferentes etapas del Plan Cardales", agregó el entrevistado, quien subrayó su coincidencia "con el proyecto del Presidente de la República" y en la necesidad de "pensar a nivel de país".

Recordó que el 31 de diciembre se anunció el nuevo plan y se generó "inquietud e incertidumbre" en distintos niveles empresariales. Agregó que hubo también "presiones", aunque no las deslegitimó porque "forman parte de las reglas de juego democrático".

El comentario fue realizado en la medida en que fue consultado acerca de recientes amenazas que podría haber recibido y si había que buscar las causas en ese tipo de circunstancia, respecto de lo cual Perera no dio una respuesta terminante.

"No quiero atribuir las amenazas al Plan Cardales", dijo, aunque reconoció que la forma en que se desenvuelve la estrategia planeada "puede afectar a más de un interés". De cualquier manera precisó: "No tengo ningún elemento que conecte una cosa con otra; no puedo establecer un vínculo causal". Sostuvo enseguida que "hay investigaciones en curso".

Finalmente, y a efectos de precisar las posibilidades de rédito de un sistema de televisión interactiva que dispusiera de escasa regulación estatal, Perera dijo que "la ganancia no tiene techo para un proveedor que tenga la posibilidad de instalarse exclusivamente en un sector de mercado que resulta más redituable".

Ahora bien, con un plan de trabajo como el que se exige ahora, "el negocio se reduce", aunque de todas maneras eso no quita que no se pueda hablar de "una ganancia muy interesante", aunque más lenta. En definitiva, dijo, lo que importa es que "lucre con sentido de inclusión", e incluso llegó a estimar que en esas condiciones puede hablarse de una rentabilidad del orden del 75% de la inversión en dos o tres años.


La República, 15 de mayo de 2009

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