jueves, 26 de febrero de 2009

Nada claro

El presidente mexicano, Felipe Calderón, tiene previsto un encuentro con su par uruguayo, Tabaré Vázquez, en territorio charrúa para mayo o junio. El supuesto malestar del gobierno azteca por la revocación a una empresa del magnate Carlos Slim para operar televisión satelital desde estas latitudes estará en la agenda de los mandatarios, informó el sábado El País. En esa oportunidad el matutino también aseveró que “el gobierno mexicano ya planteó una queja formal ante la embajada uruguaya en México, la que fue trasladada a cancillería por el representante uruguayo ante el gobierno azteca, José Ignacio Korzeniak”.

Ayer, desde el Distrito Federal, en donde tiene sede la embajada uruguaya, Korzeniak fue categórico al sostener: “No hubo tal reclamo. Desmiento que se haya presentado una nota de protesta en la embajada […]. No ha habido ningún reclamo”. En declaraciones a Radio Uruguay, el funcionario diplomático aseguró que tampoco hubo “planteos informales” y que los ítems que incluirá la agenda bilateral aún no están confirmados: “La primera fecha que tenemos para empezar a delinear esos temas es el viernes próximo”, aclaró, para luego insistir: “Por tanto desmiento terminantemente esa información”, que según El País le fue confirmada por “fuentes de cancillería”.

El representante ante el gobierno de Calderón informó que buscará tener la versión de los hechos de su colega en Uruguay, y que, como primera medida, envió un informe al ministro de Relaciones Exteriores, Gonzalo Fernández, con los datos difundidos por El País (refritados por otros medios locales, como El Espectador, y agencias internacionales como ANSA) y con la precisión de que no hay nada de eso. Fuentes de esa secretaría de Estado explicaron a la diaria que a partir de esta jornada, tras el receso carnavalero, se tendrá acceso a todos los elementos, al tiempo que indicaron que hasta el momento lo único referido a un malestar mexicano consta en versiones de prensa.

Poder y glamour
En 2007 Slim fue considerado por la revista Forbes como el hombre con más dinero del mundo, con una suma de 59.000 millones de dólares. El año pasado, si bien su patrimonio aumentó en mil millones (casi una planta de Botnia), cayó al segundo lugar, aunque sigue ostentando ser el único millonario de habla hispana que cotiza en el ranking. Su influencia en la región es cada vez más clara, y suele ser visto recibiendo a presidentes que visitan su tierra, o siendo recibido por ellos cuando sale de gira.

Y es probable que aumente su incidencia, y su glamour, en buena parte del orbe, si es cierto lo que publicó días atrás la revista española Semana, acerca de que “la reina Noor de Jordania, viuda del rey Hussein, vive un romance con el magnate mexicano” desde la primavera del 2008: “Fue entonces cuando la pareja inició una relación que se afianza día a día y que les ha llevado a recorrer medio mundo siempre amparados en la intimidad que les proporcionan los aviones privados y los amigos que tienen por todo el planeta”.

Aquí en Uruguay estuvo por última vez en noviembre, a pedido del ex presidente Julio María Sanguinetti, quien organizó en Punta del Este una reunión del Círculo Montevideo. El tema eran la crisis y los caminos a seguir. Slim abogó en su intervención por la adopción de “un paquete de medidas contracíclicas pero que establezca objetivos” y remarcó que “la clave” está en apoyar a las pequeñas y medianas empresas. El empresario irrumpió con fuerza en el mercado uruguayo desde diciembre de 2004, cuando su empresa CTI (ahora Claro) se convirtió en la tercera oferta en telefonía móvil.

Sus competidoras la acusaron en más de una ocasión, y por distintas vías, de incurrir en prácticas reñidas con la ética y las buenas costumbres liberales del mercado. Por ejemplo, el 6 de febrero de este año la otra operadora privada envió el siguiente mensaje de texto a sus usuarios: “Estimado cliente: La empresa Claro ha desatado una ola de llamados a nuestros clientes. Lamentamos las molestias que esta acción abusiva pudiera haberle causado. Estamos tomando los recaudos necesarios para impedir la continuación de esta desafortunada iniciativa.

Atentamente,
Movistar”. Antes, el 9 de setiembre de 2007, la por entonces presidenta de Antel, María Simon (actualmente ministra de Educación y Cultura), le confirmaba al diario La República que demandaría a su rival bajo el siguiente argumento: “CTI Móvil está actuando comercialmente por debajo de los costos [dumping] y eso hay que denunciarlo como que, por otro lado, viene llevando adelante una competencia desleal”.

It’s only lobby, baby
Slim tenía pensado este año dar otro paso en su transitar por la región. Tenía motivos para pensar que era posible. En octubre de 2008 la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec) le había otorgado a Telmex la “licencia de comunicaciones Clase D” para la prestación del “Servicio de Televisión para Abonados por el sistema satelital de Televisión Directa al Hogar con carácter nacional”. Pero en enero el presidente Vázquez le revocó esa autorización, alegando razones vinculadas a la conveniencia de que un operador de las características del magnate ingresara a la televisión satelital en el momento en que el gobierno finiquita y perfila el Plan Cardales.

Al momento de explicar la contramarcha, Miguel Brechner, presidente del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu), pareció capitalizar parte del argumento que Slim había trazado en Punta del Este: “Hoy a los que se favorece es a todas las empresas nacionales chicas, medianas y grandes”, dijo, y precisó que podrán operar el Plan Cardales Antel y las firmas uruguayas de televisión para abonados que suscriban los “compromisos de adhesión” que el propio Latu elabora por estas horas, y que garantizarán que el proyecto, en cuanto a su contenido y al manejo de la tecnología, mantenga los parámetros que busca el gobierno. Más teniendo en cuenta que las experiencias piloto en este primer semestre del año serán a través de las computadoras del Plan Ceibal.

Además de Telmex, también quedaron fuera de la televisión satelital Multicanal (propiedad del grupo argentino Clarín) y la propia Movistar. En la nota del 21 de febrero, el diario El País también aseguraba que cuando llegue Calderón a Uruguay, además de hablar del Tratado de Libre Comercio que une a ambas naciones, “el mandatario también planteará ante Tabaré Vázquez dos temas polémicos como son la revocación de la licencia para que Telmex opere televisión satelital en Uruguay, lo que la imposibilita de ofrecer el servicio de triple play, y el tratamiento a Thesis en la última licitación de los activos del ex Comercial”.

La fuente del matutino parece ser Hugo Félix, presidente de la Cámara de Comercio Uruguay- México y ex gerente general de Thesis, único vocero identificable en la nota, quien sostuvo: “Es natural que si estos temas persisten en el tiempo se encuentren en la agenda de los presidentes”.

Y una forma de que perduren es su aparición mediática.
Quizá por eso mismo en la edición del domingo 22 de febrero nuevamente El País se dedica al tema, pero tratando de bajar el tono contundente del día anterior a través del espacio “Se dice...”: “Que llama la atención la queja planteada por el gobierno mexicano por el veto de la administración uruguaya al grupo del magnate Carlos Slim en su intento de distribuir televisión por satélite en nuestro país. Que últimamente el grupo Carso y el gobierno de Felipe Calderón se han enfrascado en una guerra mediática en México en la que un ministro acusó al propio Slim de ‘mala leche’ por el análisis alarmista del impacto de la crisis en el país azteca”.

La Diaria, 25 de febrero de 2009 - FG

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